CEM busca apoyar las estrategias de las autoridades pero sin dividir

Al inaugurar el Encuentro Fe y Cultura, Diálogo por la Paz, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, reconoció que la forma en la que el actual gobierno decidió enfrentar al narcotráfico contribuyó a la división del país, y llamó a una reconciliación de puntos de vista para enfrentar los males que nos aquejan.

"Hay muchas divisiones en el país, por muchos motivos: por las enormes desigualdades sociales y por la forma como se ha enfrentado el narcotráfico; por las diferencias culturales y por la exclusión de los indígenas. Pareciera que somos incapaces de vivir en respeto, armonía y paz, dentro de una legítima pluralidad", destacó el prelado.

A nombre de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dijo que la Iglesia católica busca apoyar las estrategias de las autoridades, de la academia, y de la sociedad civil para hacer frente a los graves problemas del país, pero sin que se impongan puntos vista únicos o estrategias erradas para enfrentar los flagelos.

Puntualizó que el clero no busca puestos de orden público y dejó en claro que los enfrentamientos de la Iglesia y el poder político han quedado atrás y es momento de unir esfuerzos junto con laicos y no creyentes para trabajar de manera común para resolver los problemas ingentes de México.

"No ambicionamos puestos políticos. No pretendemos imponer la religión católica a todos los mexicanos. Si en algún tiempo de la historia hubo imposiciones de nuestra parte, hemos pedido perdón y anhelamos que no se repitan. Queremos educarnos y evangelizar para el respeto a la pluralidad, como base para la armonía social, para la reconciliación nacional.", destacó el mitrado.

Ante autoridades eclesiásticas, intelectuales y activistas, reunidos esta tarde en el Centro Universitario Cultural (CUC), como el poeta Javier Sicilia, la escritora Soledad Loaeza, y el politólogo Jesús Silva Herzog-Márquez, el obispo Arizmendi dijo que el país no podrá avanzar mientras persista el encono, la división y la crispación.

"Nos preocupan tantos signos de fractura social, política, cultural y también religiosa que hay en la realidad nacional. Hay enfrentamientos, violencia verbal y agresiones físicas, entre grupos, organizaciones, partidos y creencias. Hay posturas radicales y excluyentes, que se quieren imponer no por la fuerza de la razón, sino por la razón de la fuerza", destacó.